martes, junio 04, 2013

La banalidad del bien



Movimiento en el cine
La película está por comenzar
Alguien llega antes que se apaguen las luces
Relojea con astucia por una butaca tranquila
Lejos de otros espectadores pero frontal a la pantalla
Se toma su tiempo, hay poca gente, vacila y finalmente decide
Como la naturaleza humana obliga
Sentarse no muy lejos de una señorita solitaria
Él sabe que cuando termine de arder el último faro
La lucha seguirá en el mar
Y como si fueran los cimientos de una novela en construcción
Sabe también
Que nadie piensa que morirá en la cima de una montaña
Porque ha soñado con nieve
Por eso, porque sabe de barcos en aguas profundas
Y de breteles sostenidos por encantamientos
Cuando sale del cine
Se sube a su auto, enciende el motor y canta.

Ures o la sagrada pintura de los navegantes



Cubre con sus manos el nido
Y como todo pájaro protege a sus pichones de los depredadores a pincelazo limpio
Mecida en el viento
Girando sin girar aunque nada se mueva en los confines del barrio
Esta morocha desenfrenada
Que supo volar, volver y renacer
Mezcla colores en la noche
Dulcemente
Sin hacerse notar
Patricia
La de los movimientos blancos
La clara que pinta el mar
La oscura de tibio oleaje
La madre de todos los náufragos milagrosos