jueves, octubre 20, 2011

Viejo Gasómetro

Convertido en tea humana
soy una burbuja abierta ardiendo dólares falsos
¿o son papelitos?
Un oscuro cordón de seda antigua me llama la atención
¿Pertenece a los botines fulbense que calzaba don Rafael Albrecht?
Estoy en la Av la plata entre Inclán y Las casas
buscando algún indicio, alguna explicación, una señal
que me identifique con el heroico pasado azulgrana
de un estadio que ya no está.

Cenizas.
Finita tristeza.
Y aunque nadie cambia de categoría por irse a la B (ya que solo
cambia de estado)
nuestro descenso al purgatorio de las almas populares
nos ha exorcizado para siempre:
porque solo aquellos que conocieron el dolor de
perderlo todo
serán capaces de gozar sin límites
el sentido profundo que encierra la frase
volver a casa.

miércoles, octubre 19, 2011

Un tal Daniel Ballester

Conocí a ese tipo hace unos cuantos años
andaba medio en curda cantando no se que cosa
por el pasaje Darquier, allá en Barracas.
Me presenté, lo consulté sobre si todavía tenía a los gatos
y me respondió:
"Ojalá esta noche alguien que ames se enamore de ti".
Después lo perdí de vista o me enceguecí, no se.

¿Vivirá todavìa? Difícil, fumaba mucho y de todo.
Quien sabe que habrá sido de sus blues en fa, sus poemas en sol
su libido en mi.
¿Adonde se fue? ¿A arreglar cuentas con quién?

Devoto de las Madres de Plaza de Mayo, de sus padres, de su hermano, del cosmos,
conoció la cárcel, el exilio, y los buenos oficios del arte de hacer pan.
Amó a tres mujeres para toda la vida
o a cuatro o a 15 contando algunas actrices predilectas.
Ateo y peronista
tenía su carnet de afiliación autografiado por Alfredo Carlino
perdido en una noche de parranda.

Hizo en la radio lo que pocos se animaron a hacer, respetar la inteligencia del pueblo.
Le gustaba inventar frases
"Cuando veo un revolver me dan ganas de disparar"
"Soñar lo imposible pero vivir despierto"
"Un poeta nunca está a salvo despuès de la medianoche"
"El tiempo es el milagro", "Mañana hablamos" y pavadas así.
Pasión azulgrana, fervor brasilero, alma spinetteana.
Supo incendiar el bagaje de los crápulas y siempre miraba las cosas
con elegancia y humildad
Si nunca escuchaste hablar de él, te lo quería presentar.
Siempre es bueno conocer un poco a la gente.